lunes, 13 de junio de 2011

ORIGEN DE LA SEMANA DE LUCHA CONTR LA SORDERA por el Dr. PASIK Y.

No puedo dejar de hacer mención que el origen de la Semana está en la Comisión Nacional de Lucha contra la Sordera (CONALUS) que a su vez nace impulsada por el Dr. Santiago Arauz y el Prof. Dr. Juan Manuel Tato, dando lugar a una resolución ministerial de marzo de 1963. siendo Ministro de Salud Pública el Dr. Tiburcio Padilla.
Los acompañaban en ese momento los Dres. José Bello, Alberto Von Soubiron, Pedro Belou y Luis Galli, nombres que forman parte de la rica historia de nuestra Otorrinolaringología.
Esta Comisión tiene real peso en el dictamen del decreto que “legisla la venta de prótesis para sordos” y que termina siendo ley en diciembre de 1966.
También estuvo interesada en la confección de cuestionarios para clarificar, en los censos nacionales, el número de hipoacúsicos en nuestro país, esfuerzo que continuaron las Comisiones ulteriores.
Se reorganiza en 1986 de la mano del Dr. Juan Debas y junto al Prof. Juan Manuel Tato es donde tengo el honor de ser citado para su constitución. Junto a nosotros estaban la Dra. Matilde Lauberer, el Dr. Juan Manuel Tato (h) y el Dr. Vicente Diamante. Tiene su sede natural en el Hospital Nacional Bernardino Rivadavia.
Casi en forma inmediata, surge en el seno de la Comisión cuál podría ser la mejor manera de expresarse una entidad de este tipo.
Tomando como ejemplo un evento que bajo el nombre de “Semana de Lucha contra la Sordera” se realiza en Australia, con el apoyo de una empresa de audífonos, se hacen los contactos convenientes a través de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos y, en 1990, con un enorme esfuerzo, se lleva adelante la PRIMER SEMANA.
Se elige el 18 de julio como el día central de este evento, fecha del natalicio del Prof. Tato y aquí, justamente, no hubo unanimidad , pero se impone la mayoría de la Comisión.
Fue, como todo inicio, bastante complicado. Teníamos toda la folletería anunciando que se llevaría a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Medicina y, un mes antes, el Secretario Académico de la Facultad nos anuncia que las autoridades habían resuelto que compartiésemos la Semana con un Congreso de Pediatría. No se aceptó.
Así que salimos a la búsqueda de un lugar y terminamos en el Centro Argentino de Ingenieros con capacidad para 300 personas. Tuvimos la “mala suerte” de tener un éxito muy grande y que se presentaran, el día del inicio, una cantidad muy superior a la capacidad del salón y, sobre todo, gente del interior. Muy mal momento, que fue sobrellevado por la siempre presente paciencia de los colegas provincianos.
La Segunda Semana se hizo con las mismas características anteriores, pero en el Aula Magna de la Facultad de Medicina. Lo primero que se me presenta en la memoria era la falta de calefacción y los disertantes en el escenario con todo el abrigo disponible. Dicen que la zona de la Facultad es una de las más frías de la ciudad de Buenos Aires. Dimos fe, en ese momento, que así era.
Los últimos años tuvimos la suerte de contar con las magníficas aulas de la Universidad Católica Argentina.
Ya a partir de la Tercera Semana, el esquema varía en cuanto se abre su participación a todas las casas de audífonos y laboratorios.
Recordemos algunas imágenes de la III Semana.
No puedo pasar por alto un hecho que nos conmocionó profundamente. El lunes 18 de julio de 1994 pasadas las 9 de la mañana y en el comienzo de la V Semana, una explosión que se siente en el Aula Magna y nos deja sin luz, nos hace pensar en un accidente dentro de la Facultad. Minutos después, la tragedia se devela en toda su magnitud. El atentado a la AMIA conmueve a nuestra sociedad.
Por un momento dudamos de seguir adelante con la Semana, pero hubiese sido como capitular frente al dolor.
Debo decir que en otros años, felizmente no con estas características, pero también se hacía difícil su continuidad. Podría ir enumerando cada uno de los eventos. Cada uno tuvo su interés particular y también en cada uno de nosotros nos dejó una vivencia muy especial. Su enumeración pormenorizada sería aparte de extensa, monótona.
En estos 20 años siempre se impuso el anhelo de la Comisión y los organizadores de no ceder frente a las contingencias adversas: crisis económicas profundas, virus epidémicos que llegaron en mal momento y algunas otras dificultades de diferente tipo. Esta ya clásica reunión se hizo tradicional de los meses de julio y sigue adelante mucho por la labor de las Comisiones que nos sucedieron, siempre acompañadas por comités organizadores que han puesto todo su esfuerzo para la realización de la Semana.
La Semana ha sido la voz de la CONALUS donde se han reunido profesionales que tienen que ver con la salud auditiva, de distintas orientaciones, llevando sus experiencias del quehacer cotidiano y, hecho fundamental, ha sido uno de los pocos foros donde la comunidad de sordos tiene un espacio de expresión. Esto, que se de una reunión entre profesionales y personas sordas, ha sido sumamente enriquecedor para ambos.
Más allá de exponer las novedades recientes que se dan en el campo de la hipoacusia se ha insistido incansablemente en la prevención como arma vital en la lucha contra el flagelo de la sordera.
Otro hecho que ha distinguido a esta reunión es el apoyo y, sobre todo, el hacer conocer a especialistas y enfermos, las leyes que protegen y legislan esta discapacidad.

  1. Sistema de protección integral de los discapacitados (Ley de Discapacidad N° 22.431/81).
  2. Prestaciones básicas en habilitación y rehabilitación integral a favor de las personas con discapacidad (Ley N° 24.901/97).
  3. Programa nacional de detección temprana y atención de la hipoacusia (Ley N° 25.415/01).
También se debe considerar el Programa Médico Obligatorio.
¿Cuál es el motivo de nuestra insistencia?
Conocerlos y hacerlos valer en el momento oportuno puede significar eludir los escollos, llámese “programas de emergencia” u otros, que suelen aparecer en nuestro país.
El darle al interior la relevancia que se merece fue una de las preocupaciones de la Comisión, tanto es así que varias Semanas se han realizado en diversas ciudades de la Argentina (Córdoba, Rosario, Mendoza) y profesionales de todo nuestro país nos han acompañado en estas jornadas.
También invitados del exterior dieron brillo a estas reuniones. Algunos han reiterado su concurrencia, tal es el caso del prestigioso Dr. Robert Fifer.
La CONALUS, que en la actualidad ( año 2009) está integrada por el Prof. Dr. Alfredo Pallante, la Lic. Nora Neustadt de Kohan, la Prof. Dra. Matilde Lauberer, el Prof. Dr. Lorenzo Parreño y el Ing. Horacio Cristiani, tiene por delante muchas posibilidades de ser un ente primario en el tratar de menguar las consecuencias del flagelo de la sordera. Una de ellas es llegar al Estado y recibir del Estado, tal cual lo pide la resolución de la OMS, el apoyo necesario para su mejor desempeño en un campo que está, todavía, con muchas necesidades por concretar.
Insistir sobre estos puntos básicos sobre los cuales se ha cimentado el éxito y permanencia de la Semana será la ardua labor que tiene por delante la Comisión Nacional de Lucha contra la Sordera.
Hemos hecho una reseña sobre la Semana pero no podemos dejar de recordar a quien fue el “alma mater” de la CONALUS desde su inicio y que aún hoy, cuando no contamos con su presencia física, sigue siendo un ejemplo para todos nosotros: el Dr. Juan Manuel Tato.
Dr PASIK Yankel

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